El Miedo
Este fue mi primer obstáculo cuando me dijeron que tenía cáncer de mama, guardaba las esperanzas, como mecanismos de defensa, de que me dijeran que había sido un error, que esos resultados no eran míos, pero no fue así.
El miedo: a lo desconocido, al pronóstico, al tratamiento y sus secuelas, y dar la noticia a los familiares, me invadió de repente una sensación de angustia, tensión y ansiedad en pensar cómo afrontar toda esa situación.
¿Cómo vencer este temor?
En mi experiencia, puedo decir que lo primero es aceptarlo. Una vez lo tienes asumido, todo es más fácil, pero se necesita su tiempo.
Debemos tener una actitud positiva y convencernos de que vamos a ganar esta batalla, buscando esa luz que todos llevamos dentro, sin dejarnos vencer en ningún momento por los malos pensamientos. Librarnos de la ansiedad y de la depresión, son reacciones normales ante el shock que supone cuando te dan la noticia de una enfermedad como es el cáncer.
Tener miedo es una emoción desagradable, aunque positiva, porque imaginémonos que no tuviéramos nunca miedo a nada…viviríamos de forma tan temeraria que pondríamos en riesgo nuestra propia vida. El miedo es un mecanismo de defensa, útil para nuestra supervivencia.
Algunos consejos para combatirlo
Una de las cosas que puede ayudarnos:
- Informarse: preguntar y hablar con otras personas que hayan pasado por la misma situación.
- Pedir ayuda: buscar apoyo en los familiares, amigos o profesionales sanitarios.
- Mantener la calma: es uno de los objetivos para poder llegar a la meta en estos momentos.
- Paciencia: Es esa virtud principal que muchas veces se nos escapa y es primordial para el sendero tan largo que nos toca recorrer.
Cuando nos vamos familiarizándonos con la enfermedad poco a poco nuestra angustia va desapareciendo, porque vamos teniendo más control sobre la situación y te sientes más seguro.
En estos momentos tan complicados para superar el temor al CÁNCER el mejor aliado eres tú. Somos nosotros los responsables de estar bien y de hacer de nuestra vida que sea más agradable.
En unos días veremos que todo este proceso habrá sido una experiencia vital de supervivencia, que el miedo nos ha reforzado emocionalmente, nos ha hecho valorar más las cosas, apreciar que cada día hay un nuevo sentir. No es que seamos mejores personas, pero nos resitúa en la vida.